Diferentes castigos en base a la edad

Pero cabría preguntarse si: ¿resultan efectivos?, ¿conseguimos mejorar su conducta con su imposición? En muchas ocasiones la respuesta es NO.
La reiteración y continua frecuencia de castigos, en algunos momentos, más que un beneficio puede generar el efecto contrario, convirtiéndose en una conducta habitual para el menor y perdiendo su verdadera efectividad. Es más, si no somos constantes y firmes con la imposición del castigo, de nada tendrá sentido el enfado del adulto y del niño o niña.
En el enlace siguiente se aborda esta cuestión y se ofrecen algunas alternativas al castigo, clarificándolas según la edad: preescolares, escolares y adolescentes.
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